Boal

No obstante, de todas estas poblaciones apenas han quedado vestigios arqueológicos.

En este tiempo, la capital del partido se situaba en la localidad de Armal, donde se encontraban la cárcel y la picota, y donde permanecerían hasta mediados del siglo XIX.

Este sistema de partidos estuvo vigente hasta la llegada del rey Felipe II, que obtuvo permiso del Papa Gregorio XIII para desmembrar y vender cualquier villa, lugar y jurisdicción, lo que le permitió obtener financiación para sus guerras y para pagar la gran deuda que mantenía.

La capitalidad del concejo pasó en esta época por diversas localidades del mismo (Prelo, Armal, Castrillón, y la propia villa de Boal), pero retornaría a Boal definitivamente en 1791.

Durante los siglos XVII y XVIII, en que la actividad claramente predominante en Boal fue la agricultura y la ganadería, el concejo se pobló de bonitas casas solariegas y palacios desaparecidos casi en su totalidad, salvo algunas excepciones como el Palacio de Miranda, en la localidad de Prelo.

Dignos de mención son otros sucesos acaecidos en el concejo en este siglo.

También en el siglo XIX, Boal vio nacer a uno de sus personajes más ilustres, Bernardo Acevedo y Huelves, cuyo nombre lleva hoy la biblioteca pública municipal, y entre cuyas obras cabe destacar “Boal y su concejo”, retrato muy clarificador sobre el modo de vida y las costumbres en el municipio a finales del siglo XIX, y que muestra la importancia que en esa época tenía en el municipio la industria de la forja del hierro, hoy desaparecida.

También en estos años se edificaron numerosos lavaderos públicos en el concejo.

Otras infraestructuras de gran importancia para Boal vieron su realización a comienzos del siglo XX.

Situado en la cuenca media del río Navia, el municipio de Boal es atravesado por el citado río desde su zona sur y sureste hacia la zona nororiental, en la que su cauce ejerce de frontera natural con el vecino municipio de Villayón.

No obstante, dichos proyectos han encontrado críticas de organizaciones ecologistas por entender que el objetivo último podría ser la extracción de metales preciosos como el oro,[7]​ más agresiva ambientalmente, dado que, como es sabido, el concejo cuenta también con recursos auríferos ya explotados en época romana.

Gracias a todo esto, el concejo de Boal llegó a ser el más populoso del tramo medio del río Navia.

A mediados del siglo XX brotó de nuevo y con más fuerza la emigración, pero esta vez a diferentes destinos; así, la emigración se dirigió en esos años hacia el centro de Europa, Francia, Alemania, y también a los principales núcleos industriales de la misma provincia asturiana, particularmente Gijón y Avilés, etc.

Aunque por el porcentaje de ocupados es claramente mayoritario el sector servicios (ver tabla), su peso resulta ser bastante inferior a la media regional, y no es descabellado afirmar que, aún hoy en día, la economía boalesa está en gran medida basada en la ganadería, que emplea a casi un tercio de la población activa, y en especial en la cabaña vacuna, destinada a la producción láctea, siendo Boal el principal productor de los concejos occidentales.

En los últimos años, ha despuntado la apicultura, pasando la miel a ser un producto típico del concejo, si bien esta actividad suele ser secundaria, una fuente de ingresos complementaria para las familias, y no la principal.

Asimismo, en años recientes se ha creado la sociedad Boal Apícola, que comercializa unas 20 toneladas de miel al año.

Son destacables también los siguientes Museos y Centros de Interpretación en el municipio: Boal ha tenido siempre mucha tradición musical.

En este concejo eminentemente agrícola y ganadero, podemos degustar infinidad de productos naturales, entre los que cabe citar las excelentes hortalizas, las fabas y las patatas de gran calidad.

Así, la cocina tradicional boalesa aprovecha todos estos recursos para contar, entre sus platos más típicos, con el caldo de cimois y berzas o rabizas.

Y, por supuesto, es posible disfrutar en Boal del resto de platos típicos asturianos.

Su más antigua manifestación son las pinturas rupestres de la Cova del Demo.

También podemos encontrar diferentes manifestaciones arquitectónicas: palacios, casonas, e iglesias, entre las que destacaremos: El concejo de Boal tiene una gran cantidad de fiestas y ferias.

Hasta tal punto es así, que el movimiento asociativo y vecinal de Boal ha sido galardonado con el Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias 2014,[11]​ como reconocimiento a las numerosas actividades llevadas a cabo para dinamizar la vida del concejo y propiciar su desarrollo económico, social, cultural, deportivo y formativo.

Todo ello ha propiciado la existencia en Boal de diversas asociaciones y clubes deportivos.

Vista parcial de Boal
Ayuntamiento de Boal
Vista general de Boal
Villa Anita
Villa Damiana
Edificio de las Escuelas Graduadas
Interior del lavadero público de Boal