En un principio constaba de una torre cuadrada con tres pisos, que posteriormente se fue ampliando.
El palacio cuenta, asimismo, con una capilla que data de 1776 y presenta planta rectangular, con dos saeteras en los laterales.
Tiene dos retablos de inspiración Rococó, pintados en blanco y negro.
Entre la torre y la capilla hay un cuerpo añadido, con corredores sostenidos por columnas de piedra.
En la actualidad, el conjunto ha sido rehabilitado para albergar un hotel de cuatro estrellas.