Los métodos contemplativos budistas pueden incluir asubha bhavana (reflexiones sobre la naturaleza repugnante del cuerpo), reflexión sobre el surgimiento dependiente, prácticas de atención plena como satipatthana, anussati (recuerdos o remembranzas), anapanasati (meditación de la respiración), y los brahma-viharas (como la bondad amorosa y la compasión).
En la tradición theravada, las técnicas de meditación se clasifican generalmente como samatha (calmar la mente) y vipassana (obtener una visión).
[15] Según los primeros textos, Buda rechazó las prácticas ascéticas jainistas más extremas en favor de la vía media.
[17][18] Las fuentes antiguas contienen un esquema de varias meditaciones o contemplaciones que se denominan anussati (pāli; sánscrito: anusmriti).
[19] En diversos contextos, la literatura pali y los sutras Mahayana en sánscrito destacan e identifican diferentes enumeraciones de recuerdos.
[26] Gethin señala además que sati ('atención plena') se refiere a "recordar" o "tener presente" algo.
Esto permite atender claramente a las cosas de una manera más sobria, objetiva e imparcial.
Tanto en la antigüedad como en la actualidad, el anapanasati es uno de los métodos budistas más utilizados para contemplar los fenómenos corporales.
Entonces el meditador entrena su mente para ser sensible a la felicidad, la dicha y otros diversos procesos mentales.
[36] En la tradición Pali, las 31 partes diferentes del cuerpo son:pelos de la cabeza (pali: kesā), pelos del cuerpo (lomā), uñas (nakhā), dientes (dantā), piel (taco), carne (maṃsaṃ), tendones (nahāru), huesos (aṭṭhi), médula ósea (aṭṭhimiñjaṃ), riñones (vakkaṃ), corazón (hadayaṃ), hígado (yakanaṃ), pleura (kilomakaṃ), bazo (pihakaṃ), pulmones (papphāsaṃ), intestino grueso (antaṃ), intestino delgado (antaguṇaṃ), alimentos no digeridos (udariyaṃ), heces (karīsaṃ), bilis (pittaṃ), flema (semhaṃ), pus (pubbo), sangre (lohitaṃ), sudor (sedo), grasa (medo), lágrimas (assu), aceite de la piel (vasā), saliva (kheḷo), moco (siṅghānikā), líquido de las articulaciones (lasikā), orina (muttaṃ).
[47] Las cualidades asociadas a las cuatro primeras jhanas son las siguientes:[6][48] Varias fuentes tempranas mencionan cómo se alcanza la visión liberadora o la sabiduría (prajña) tras la práctica de los dhyānas.
[50][51] Sin embargo, otros como Collett Cox y Damien Keown han argumentado que la perspicacia o el discernimiento (prajña) es un aspecto clave del proceso de liberación budista antiguo, que coopera con el samadhi para eliminar los obstáculos a la iluminación (es decir, los āsavas).
[79] A partir del siglo XX, el movimiento birmano de vipassana ha sido especialmente influyente, sobre todo el enfoque del "Nuevo Método Birmano" o de la "Escuela Vipassanā", desarrollado por Mingun Sayadaw y U Nārada y popularizado por Mahasi Sayadaw.
Estas tradiciones birmanas han influido en los maestros occidentales orientados hacia el theravada, especialmente en Joseph Goldstein, Sharon Salzberg y Jack Kornfield.
En Tailandia, quizá el desarrollo más influyente sea la Tradición del Bosque Tailandés, que deriva de Mun Bhuridatta y fue popularizada por Ajahn Chah.
"[88] Los maestros Sarvāstivāda también sostenían que alcanzar los dhyānas era necesario para el desarrollo de la perspicacia y la sabiduría.
[88] La práctica mahāyāna se centra en el camino del bodhisattva, un ser que aspira a la plena budeidad.
La meditación (dhyāna) es una de las virtudes trascendentes (paramitas) que un bodhisattva debe perfeccionar para alcanzar la Budeidad y, por tanto, es central en la praxis budista mahāyāna.
Según Akira Hirakawa, la práctica de recitar dharanis (cantos o conjuros) llegó a ser muy importante en el mahāyāna indio.
La obra Śamathavipaśyanā Concisa (小止観) de Zhiyi, Mohe Zhiguan (摩訶止観, sánscrito Mahāśamathavipaśyanā), y Seis puertas sutiles del dharma (六妙法門) son las más influyentes.
Esta práctica fue promovida tradicionalmente por la escuela Caodong del Chan chino y se asocia con Hongzhi Zhengjue (1091-1157).
Este proceso incluye preguntas y respuestas estandarizadas durante una entrevista privada con el propio maestro zen.
[131] Estas prácticas son consideradas por los budistas tibetanos como el camino más rápido y poderoso hacia la Budeidad.
[139] Estos "tres modos de acción" o "tecnologías rituales" son los "secretos" del cuerpo, la palabra y la mente" y se revelan en el ritual del abhisheka (coronación) en el que los iniciados hacían votos tántricos de samaya.
La investigación en este campo continúa con el trabajo de psicólogos japoneses como Akira Onda y Osamu Ando.
[143] Otra psicoterapia popular basada en el budismo es la terapia Naikan, desarrollada a partir de la introspección budista Jōdo Shinshū por Ishin Yoshimoto (1916-1988).
La terapia Naikan se utiliza en instituciones penitenciarias, en la educación, para tratar la dependencia del alcohol, así como por personas que buscan el autodesarrollo.
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