En 1656 se unió a la compañía fundada para colonizar río Onantinigo.
Al llegar a Martinica renuncia como resultado de los informes desfavorables.
En esa época la isla era conocida como un establecimiento para el tráfico de tabaco y cueros, y como un excelente refugio de piratas bajo un régimen anárquico.
D’Ogeron en sus siguientes periodos, hasta 1675, hace un trabajo inteligente siendo capaz de ganar la confianza de los bucaneros, que reconocieron su autoridad; gracias a ello la colonia francesa de Santo Domingo tuvo un rápido desarrollo.
Bertrand D’Ogeron ideó trasladar mujeres desde Francia para fomentar el establecimiento de familias en la isla, restándole importancia a la ocupación temporal de piratas, bucaneros y filibusteros.