Bernardo G. de Candamo

Su tío, Manuel Candamo Iriarte, que era embajador del Perú en Francia había sido Presidente de la República.

Bernardo realizó sus estudios en la capital asturiana y concluyó el Bachillerato en Madrid, ciudad a la que se había trasladado en 1893.

En particular, entabló estrechas relaciones con Rubén Darío, Ramón del Valle Inclán, Francisco Villaespesa, Juan Ramón Jiménez, Pío Baroja, Azorín, Jacinto Benavente, Ramiro de Maeztu y Miguel de Unamuno, con quien mantuvo una amistad profunda e intercambió, hasta la muerte del rector en 1936, numerosas cartas, reproducidas en el libro de Jesús Blázquez Unamuno y Candamo.

Candamo, por su parte, fue el informador de Unamuno con respecto a cuanto acontecía en los ambientes literarios del Madrid.

Durante décadas, actuó como fiel compañero del rector salmantino en sus visitas a la capital.

Consiguió preservar la Biblioteca e instalaciones del Ateneo y logró mantener las propias actividades de la institución durante aquellos duros años.

En sus primeros años de actividad profesional, colaboró en las revistas noventayochistas: Arte Joven, La Vida Literaria, Vida Nueva, Juventud y La Lectura, así como en los periódicos madrileños El Imparcial y Diario Universal.