Bernardo Couto Castillo

Bernardo Couto Castillo (1880[1]​ -1901) fue un cuentista y escritor mexicano de finales del siglo XIX.

Sus obras se inscriben en la segunda generación modernista de la literatura mexicana, en la que se encuentran escritores como José Juan Tablada, Amado Nervo y Ciro B.

[2]​ Su obra más conocida y representativa es Asfódelos libro de cuentos publicado en 1897.

Murió a la edad de 21 años, por tal, se le considera la imagen simbólica más acabada del artista bohemio y decadente de la literatura mexicana.

Bernardo Couto Castillo nació y murió en la Ciudad de México.

En este viaje tuvo contacto y predilección por la literatura francesa, según indica una carta que le escribió a Alberto Leduc.

Según José Juan Tablada, a los 18 años, Couto podía:[...] hablar de arte y literatura con rara solidez de criterio, de los museos que había visitado y de los libros que había leído, abundando en puntos de vista lúcidos y originales, en comentarios inéditos, en ideas derivadas, con una memoria que le permitía enumerar una por una, todas las pinturas que encerraba el Salón Cuadrado del Louvre.

Antenor Lescano disectó el cadáver frente a la confirmación de los invitados.

Couto permaneció hipnotizado por los ojos de aquel muerto que le devolvía la mirada, los amigos lo dejaron solo un momento, él no percibió su ausencia o su regreso.

[5]​En la vida de Couto se encuentran anécdotas y guiños que evidencian una voluntad impetuosa por buscar experiencias frenéticas como la apenas mencionada, así como un carácter vicioso y despreocupado.

Por lo tanto Valenzuela acudió a ver al editor Carranza, con los ánimos de realizar un nuevo número, pero éste le dijo que Couto todavía le debía una parte de la primera edición.

La primera etapa está conformada por los textos que escribe entre 1893 y 1897, aproximadamente 20 antes de su viaje a Europa donde pausará su creación artística.

La segunda etapa se refiere solamente a Asfódelos, y la tercera comprende desde 1898 hasta el final de su vida, con aproximadamente 18 relatos.

En gran parte esta división se basa en los cambios estilísticos que tuvo nuestro autor después de su viaje a Europa, donde conoció las tendencias de ese momento.

[9]​ A su regreso del viaje por Europa en 1896 retoma su labor como cuentista, traductor y en menor medida articulista en El Nacional, El Mundo Ilustrado y La Revista Azul.

Finalmente, en 1900 Couto colaboró con la Revista Moderna con traducciones y relatos.

[10]​ En 1897, Couto publicó su primer y único libro titulado Asfódelos el cual consiste en una antología de 12 cuentos.

Esta obra no se reeditó hasta 1984 por Premiá Editora; después en 2001, en un libro de recopilación realizado por Ángel Muñoz Fernández con Factoría Ediciones.

En el 2014 se publicó su obra reunida en una edición crítica realizada por la investigadora Coral Velázquez y publicado por la UNAM en la colección Ida y regreso al siglo XIX.

La obra contiene 12 cuentos: El nombre que Couto escogió para su antología refiere a los asfódelos, plantas que no oriundas de América y que en la cultura grecorromana poblaron el Hades, lugar donde moraban los difuntos por lo cual eran vistas como símbolo de héroes muertos o conjugadoras de malos espíritus.

Con ello Couto se adhiere a la tradición decadentista francesa que encontró su ápice en Las flores del mal de Charles Baudelaire y establece la muerte como leit motiv de sus cuentos.

[11]​ Pérez Tovar indica que la narrativa coutina tiene dos grandes problemáticas; la primera es que este autor no pertenece como tal al canon literario, pues ha sido menospreciado por los críticos debido a su breve obra y poca edad; el segundo es que su obra no ha sido reunida y el único libro que publicó, Asfódelos, sólo tuvo una edición.

Por ejemplo, González Peña en su Historia de la literatura mexicana habla en un breve espacio sobre tendencias que confluyeron a finales del siglo XIX; en esa parte nombra a Couto, aunque lo confunde con su abuelo José Bernardo Couto Castillo, según este crítico el primero es un autor “malogrado” y evidencia la influencia francesa en Asfódelos.

[14]​ Max Henríquez Ureña no lo menciona en el relato que realiza sobre la fundación de la Revista Moderna.