En 1892 se trasladó a Francia para realizar estudios especializados en Ciencias Políticas y Sociales en La Sorbona.
Ambos conocieron al entonces cónsul Ignacio Manuel Altamirano con quien también crearon un vínculo de amistad.
Una vez que triunfó la Revolución maderista, y que Pino Suárez y Madero ganaron las elecciones extraordinarias de México de 1911, fue designado secretario particular del nuevo presidente.
En las sesiones del Congreso, junto a Serapio Rendón, Luis Cabrera, Roque González Garza, Enrique Bordes Mangel y Francisco Escudero, defendió el maderismo en contra de "el Cuadrilátero", grupo conformado por los diputados Francisco M. de Olaguíbel, José María Lozano, Nemesio García Naranjo y Querido Moheno.
En medio de la confusión fue salvado por Jesús Urueta, quien lo ayudó a escapar junto con el capitán Gustavo Garmendia.
Ese mismo año regresó al país para unirse a la causa revolucionaria de Venustiano Carranza, con quien se entrevistó en Piedras Negras.