Al descubrir en el área grandes riquezas de oro, trajeron esclavos para explotar esta minería.
El vicario superintendente doctor Lucio de Villa dictó un decreto erigiendo la parroquia, la capilla dedicada a Nuestra Señora del Rosario, en el sitio que hoy ocupa(se dice que antes estaba en otro lugar llamado san jacinto hoy playas), anteriormente conocido como Petacas.
Cuando se agotaron las minas, la economía giró a lo que es en la actualidad: lechera y agrícola.
Belmira tiene bajo su jurisdicción los siguientes corregimientos (de acuerdo a la Gerencia departamental):[4] Labores.
(2018)[2] Alfabetismo: 87.8% (2005)[5] Según las cifras presentadas por el DANE del censo 2005, la composición etnográfica[5] del municipio es: La economía de Belmira se basa en la ganadería para fines de producción lechera, el cultivo de papa, y la piscicultura (truchicultura), como principales productos; aunque, en los últimos años, el ecoturismo ha incrementado muchísimo, por presentar este aspectos que favorecen su actividad debido a la amplia riqueza ecológica y paisajística asociada esencialmente al Páramo de Belmira además del río Chico.