Beato es el nombre de la persona que ha aprobado tal proceso.
[6] El día de la fiesta para una persona beatificada no es universal, sino que se celebra solo por territorios, institutos religiosos o comunidades en las que la persona recibe una veneración particular.
Por ejemplo, santa Catalina Tekakwitha fue especialmente honrada en Estados Unidos y Canadá durante su tiempo como beata.
Juan Duns Scoto fue honrado entre los franciscanos, en la Arquidiócesis de Colonia y otros lugares.
[7] El papa Juan Pablo II cambió notablemente la práctica católica previa de beatificación.