Al entrar en la bahía Banten, el destructor Fubuki los avistó y lanzó sus torpedos a una distancia de 2700 yardas.
Los cruceros aliados lograron eludir los torpedos, que siguieron avanzando e impactaron en varios transportes japoneses.
Desde estribor llegaron los cruceros pesados Mogami y Mikuma, que abrieron fuego contra los aliados.
El oficial ejecutivo, David Roberts, canceló la última orden de Rooks, considerando que el Houston todavía podía luchar.
Junto con los capitanes Rooks y Waller murió la mitad de la tripulación, que totalizaba 1680 marinos.
En The Rising Sun, John Toland asegura que los transportes fueron hundidos por torpedos lanzados desde el crucero Mikuma.