Batalla de Cerrito

Este sitio había sido levantado a fines de ese año, cuando la situación militar quedó en condiciones desfavorables en el frente del Alto Perú.

Las fuerzas patriotas, al mando de José Rondeau, pusieron sitio a la ciudad.

Sin embargo Vigodet tuvo mala suerte, porque justo la noche antes del ataque, Rondeau recibió un importante refuerzo y avituallamiento.

En este momento, Soler reunió a sus soldados (casi exclusivamente negros libertos), y contraatacó cuesta arriba.

Por otro lado, al atacar el Cerrito, los realistas habían dejado abajo los cañones, que casi no participaron en la lucha.

La victoria del Cerrito fue definitoria sobre el desarrollo ulterior de las operaciones en tierra.