Los realistas habían preparado varias emboscadas, sin embargo, las tropas independentistas fueron alertadas de los movimientos de Fominaya, con lo cual concibieron y desarrollaron una estrategia que les permitió ganar la batalla y, en lo posterior, hacer replegar a los realistas hacia el norte.
Sin embargo, en lo posterior, las tropas emancipadoras conocieron graves derrotas que llevaron a peligrar la independencia, pero obtuvieron ayuda extranjera y con ello pudieron lograr el objetivo final después de una campaña que duró 2 años.
Era incluso posible que en Guaranda se reúna el ejército realista y se fortifique con la intención de amenazar la independencia guayaquileña, así que la toma de Guaranda pasó a ser indispensable para los planes del ejército libertador.
Aunque, también antiguamente se usaba batalla para definir cada uno de los grupos en los que era dividido un ejército.
[6] Febres Cordero dispuso que sus fuerzas se acercaran sigilosamente hasta las trincheras enemigas y atacasen apoyando sus flancos en las cordilleras, para esto ordenó la división en tres columnas de sus soldados.
[7] El motivo principal para la ejecución de este tipo de ataque se debió a la imposibilidad para efectuar un ataque directo, a causa del terreno, que en esta zona forma una "garganta" con las cordilleras del Tiandiagote y Sandalán y en la que, además, se encuentra como fondo el río Limón.
Para la tarde, las fuerzas realistas fueron demasiado masacradas, por lo cual se ordenó el retiro del lugar a los sobrevivientes, incluyendo al comandante Fominaya, los cuales se desplegaron hacia Latacunga al igual que el corregidor San Miguel.
[8] Tras estos acontecimientos, la entrada al callejón interandino ya había sido alcanzado y se tendría dos posibles objetivos: ir hacia el sur hasta Cuenca o ir directamente a la capital de la Real Audiencia en Quito.
Olmedo había congregado a un congreso especial para formular el texto constitucional para el Estado, llamado Reglamento Provisorio de Gobierno.
El gobierno buscó apoyo de los demás libertadores, sin embargo, José de San Martín se encontraba con problemas serios en Perú, y Simón Bolívar no podía pasar por una organizada resistencia realista en Pasto, actual Colombia.