Si bien esta batalla naval se enmarca en los acontecimientos bélicos de la Guerra de independencia americana, no tuvo influencia sobre el curso general del conflicto; tuvo en cambio gran importancia en el cuadro del enfrentamiento global entre Francia y Gran Bretaña, permitiendo a la Royal Navy restablecer el predominio naval sobre los océanos, frustrando las iniciales victorias francesas en las colonias.Los ingleses conocían las intenciones francesas y estaban constantemente informados sobre los movimientos de sus barcos.Por eso se pusieron enseguida a perseguir con los 36 naves de la flota mandada por los almirantes George Brydges Rodney y Samuele Hood.Ocho naves de la vanguardia inglesa se movieron sin embargo contra los barcos en retirada y emprendió una rápida escaramuza con los barcos franceses que tuvieron la mejor pero que, cuando avistaron al grueso de la flota adversaria, prefirieron romper el contacto para volver a proteger el convoy mercantil.En los días subsiguientes las dos flotas se encontaron sin entrar en contacto e intentando reparar los daños sufridos en el enfrentamiento inicial.Los ingleses capturaron cinco barcos franceses, que estaban dañados hasta el punto de ser inutilizables (el César, por ejemplo, estalló y se hundió).Su contralmirante Hood sostuvo que, si Rodney hubiera dado la orden de dar la caza al enemigo en fuga, se habría podido capturar otros 20 barcos franceses y eliminar totalmente la presencia naval de Francia en el Caribe.
Modelo del barco inglés de 90 cañones
Formidable
, botado en 1777. Bajo mando del capitán Charles Douglas, participó a la batalla de las Saintes como buque insignia de George Rodney y condujo la maniobra de penetración en la alineación adversario que causó la derrota francesa.
Caricatura que celebra la victoria del almirante Rodney.