En el año 239 a. C. Naravas, un noble de Numidia, inicialmente en las filas rebeldes, se unió a Amílcar con dos mil jinetes.
La superioridad de este en tropas ligeras, sin embargo, los obligaba a mantenerse en terreno accidentado, evitando los llanos.
Finalmente, los condujo hacia un desfiladero conocido únicamente por el nombre que le da Polibio: la Sierra, cerca de Djebel Ressas.
La mayoría de las ciudades africanas, cuyos soldados habían caído en la Sierra, regresaron al bando cartaginés.
La guerra parecía a punto de finalizar, aunque el fracaso del asedio hizo que se alargara en el tiempo.