En un principio tuvieron su cuartel general en Hongan-ji, pero más tarde se trasladaron a Ueno.
Oomura Masujirō, el jefe las fuerzas imperiales, junto con Kaeda Nobuyoshi, era partidario de controlar a la facción pacifista y acabar con los elementos armados.
Para evitar la retirada del Shōgitai planeó desplegar tropas en diversos lugares y limitar el acceso de las carreteras de Kandagawa, Sumidagawa, Nakasendō y Nikkō, dejando bloqueado así el acceso a Ueno.
La batalla tuvo lugar bajo una intensa lluvia y el nivel del río Aizome empezó a subir.
La ofensiva dirigida por Saigō Takamori desde Kuromonguchi fracasó en romper las defensas del Shōgitai, que les superaban en número, y sufrieron muchas bajas, pero las fuerzas gubernamentales de Chōsu, atacando desde Dangozaka, lograron romper sus defensas y forzaron al Shōgitai a retirarse a su cuartel general.