Forcé mis marchas y cuando llegue allí, el enemigo, acobardado con la sola presencia de nuestros cazadores, se retiraba.
Di orden para que lo persiguiesen nuestra caballería, que inmediatamente obedeció y cargó sobre él; pero cuando llegó a la sabana de los Taguanes, lo hallo formando en batalla y fue preciso que guardándose a la infantería; llegó esta, dispuse el campo y viendo que el enemigo marchaba sobre nosotros, determiné irlo a recibir, ordene marcharse de frente la infantería y que la caballería...
Entonces la intrepidez de nuestras tropas produjo en las españolas el pavor, inmediatamente emprendieron su retirada ordenada y la sostuvieron por espacio de seis horas hasta que viendo que nuestra caballería casi lo cortaba, se introdujo el desorden, empezó la disolución, y a las dos horas de persecución ya teníamos a más de doscientos prisioneros, porción de fusiles, cartucheras, pertrechos, que dejaban en el campo.
Toda la tarde duró la acción, en que murieron muchos españoles, entre ellos seis de sus mejores oficiales, uno de estos el comandante Izquierdo; perdieron toda su infantería, que quedó dispersa por los bosques, o prisioneros, o pasado a nosotros pidiendo asegurar que no escapo ningún infante.
[4] Se afirma que este batalla da por finalizada la Campaña Admirable.