Batalla de San Cala

Si sus consecuencias no fueron decisivas para la guerra civil, en cambio causó el traslado del pueblo llamado hasta entonces Sancala a cierta distancia, en la actual ubicación de la localidad de San Carlos Minas.[1]​ No considerándose suficientemente fuertes en Córdoba, ambos generales acordaron retirarse hacia las provincias del norte, seguras para el bando unitario.[5]​ La segunda columna fue puesta al mando del coronel José María Vilela; eran los mejores hombres de Lavalle,[3]​ y su misión era apoyar las revoluciones unitarias que debían estallar en las provincias de San Luis y en Mendoza.[5]​ El propio Vilela debió huir a través del desierto hasta Catamarca; lucharía en la batalla de Famaillá, última derrota de Lavalle, y sería fusilado en Metán, junto con el gobernador tucumano Marco Avellaneda.Pacheco organizó un poderoso ejército, con el que hizo una nueva campaña a Cuyo.
Batalla de San Cala, óleo de Juan Manuel Blanes, 1875