El Ejército Imperial Japonés, con 270 000 hombres, estaba al mando del mariscal de campo príncipe Oyama Iwao.
En el flanco derecho, sobre terreno llano, estaba el 2.º Ejército de Manchuria al mando del general barón Von Kaulbars (que había reemplazado al infortunado general Oskar-Ferdinand Kazimirovich Grippenberg).
En este flanco también había dos tercios de la caballería rusa, al mando del general Paul von Rennenkampf.
Para el 1 de marzo, las acciones en los frentes Este y Central se habían estancado.
Los japoneses habían conseguido pequeños avances pero a costa de grandes pérdidas.
La suerte permaneció del lado de los japoneses, ya que, a pesar del deshielo, el río Hun seguía congelado y no fue un obstáculo para el ataque japonés.
La retirada rusa se complicó cuando las tropas del general Nozu penetraron a través de la retaguardia rusa por el río Hun, y la retirada se convirtió rápidamente en una huida.
El pánico hizo que las fuerzas rusas abandonasen a heridos, armas y abastecimientos, en esta huida al norte, hacia Tiehling.