Batalla de Lechfeld (910)

El rey Luis había sido derrotado por los húngaros escasamente tres años antes en 907, en la batalla de Bratislava y seguidamente las tropas germánicas también habían perdido la batalla de Eisenach en 908 ante los húngaros.

Por tanto, las esperanzas de vencer a los húngaros en una nueva batalla campal eran cada vez menores.

Luego de derrotar al ejército franco, los húngaros retornaron a su territorio y otras fuerzas germánicas les hicieron huir a su paso por Neuchig.

Después de obtener la victoria de Lechfeld en 910 regresaron en 911, robando y quemando todas las ciudades suabias y francas a su paso, cruzando más allá del río Rin y atacando Burgundia, con lo que crearon la sensación de ser una amenaza indetenible en Europa.

El ejército húngaro continuó saqueando y devastando ciudades europeas, y sometió a Enrique I el Pajarero tras derrotarlo en la batalla de Puchen en 919.