El rey de Iberia huyó de Kavad, pero Kavad trató de negociar la paz con los bizantinos, e intentó que Justiniano I adoptase a su hijo Cosroes I. Justiniano rechazó la oferta, y mandó a sus generales Sittas y Belisario a Persia, en donde inicialmente fueron derrotados.
En los flancos situó a la caballería compuesta por los hérulos bajo el mando de Pharas y Bounzes.
Se quedó una reserva de caballería bizantina dirigida por el general Juan en la retaguardia del flanco derecho.
En el segundo día de batalla, diez mil persas más llegaron desde Nísibis.
Firouz envió a los Inmortales, sus tropas de élite, contra la caballería bizantina, que fue derrotada.
Sin embargo, Belisario contraatacó y dividió las tropas persas en dos: La mitad de los persas perseguía a la caballería, pero el resto se encontraron atrapadas y con lo que cinco mil hombres fueron aniquilados, entre los cuales estaba también Baresmanes.
La mujer de Justino, Sofía, y su amigo Tiberio II Constantino tomaron el control del imperio hasta su muerte en 578.