Incluso Sofía fue la que impulsó la paz con el gran rey persa (shah) pactando una tregua de un año por 45 000 sólidos de oro y después fue renovada por Tiberio por 3 años por 30 000 anuales, en ambos casos se excluía a Armenia, por lo que la paz no era total en el frente oriental.
Pero esta onerosa política, que dilapidó el tesoro imperial que Justino había reconstruido a gran coste para la integridad del Imperio tras los derroches de Justiniano, sólo hubiese sido útil, sobre todo en el exterior, si se hubiese logrado algo tangible.
Pero Tiberio, en lugar de usar los recursos militares que había reunido contra Persia, los desplegó en Italia.
Pero el general Justiniano al mando de las fuerzas orientales logró hacerles retroceder.
Finalmente en octubre del 578 moría Justino II,[3] pocos días antes Tiberio II había sido coronado como coemperador, parece que recortó 1/4 las tasas durante 4 años para celebrarlo, algo que no podía ser bueno para el Tesoro.
Por ello conspiró para matarlo y poner en el trono a Justiniano primo de Justino, pero este lo confesó, aunque Sofía no fue castigada.
Durante su reinado los eslavos penetraron hasta Tracia y Tesalia en plena Grecia continental.
En 582 Tiberio enfermaba y al carecer de hijos varones, se discutió quién le sucedería.