[1][2] Los generales de Alejandro Magno comenzaron a disputarse su imperio nada más morir él en el 323 a. C. La rivalidad inicial se transformó pronto en guerra, en la que cada general trató de hacerse al menos con parte del imperio vasto alejandrino.
[3] Primero penetró en Capadocia para combatir a Eumenes, al que batió en la batalla de Orcinia.
[9] Logró en efecto desconcertarlos: descubrieron que había llegado por los barridos de sus elefantes.
[11] Para desgracia de los de Pérdicas, pare entonces la falange no había podido formarse por completo y al ver cargar a la caballería enemiga, los infantes optaron por rendirse.
[14] Este apresó a sus compañeros Átalo, Polemón y Dócimo, que capturó junto con el resto del ejército enemigo, compuesto por unos dieciséis mil infantes y novecientos jinetes.