Uno de los más hábiles era Antígono Monóftalmos, apodado así porque había perdido un ojo en un asedio.
[2] Eumenes contaba por tanto con más infantería y caballería que su enemigo, pero ello no disuadió a este de adoptar una osada estrategia ofensiva.
[3][4] Desde allí podía decidir dar batalla o no a Eumenes, según le conviniese.
[7] No obstante, Eumenes logró huir con bastantes partidarios, apresó y pasó por las armas al traidor Apolónidas, evitó a la partida enemiga que trató de darle caza y volvió al campo de batalla, donde hizo enterrar a los caídos.
Antígono finalmente lo alcanzó y le obligó a refugiarse en la fortaleza de Nora con sus más estrechos partidarios, unos seiscientos o setecientos hombres.