Se enfrentaron en combate directo tropas de los Marines que ocupaban Nicaragua contra revolucionarios nicaragüenses (liberales y conservadores).
[8] La del centro comandada por el Mayor Smedley D. Butler, a su derecha la compañía al mando del Mayor William N. McKelvey y más a su derecha dos compañías de casacas azules dirigidas por el Capitán de Corbeta George W. Steele, Jr.
Muchos revolucionarios fueron masacrados, cuando al no tener municiones, corrían tratando de salvar sus vidas o eran capturados por los soldados conservadores que rodeaban los cerros.
[11] Llevado al cuartel de Masaya, "sufrí vejámenes junto a otros prisioneros", según relató Díaz Flores posteriormente.
[12] Según lo narrado por Pendleton, la cumbre del Coyotepe estaba llena de trincheras y no había ningún edificio allí en ese momento.
La ciudad de Masaya era el último bastión revolucionario, pues estaba sitiada por el ejército constabulario conservador a quienes llamaban caitudos porque calzaban caites.