Del mismo modo, diversos pueblos bárbaros se habían romanizado y abrazado el cristianismo.Existía el temor a que los hunos se dirigieran al Imperio de Occidente.Eran precisamente esos mismos visigodos los que décadas atrás se habían visto obligados a cruzar el Danubio debido al avance huno.Cuando sus tropas se pusieron en marcha hacia la Galia, Aecio hizo gala de su habilidad diplomática para conseguir una alianza con los visigodos, sus antiguos enemigos, con los que lucharía conjuntamente contra Atila.Aecio consiguió que se unieran a él visigodos, burgundios, francos y alanos.Atila llegó a la llanura cuando el ejército confederado romano ya había tomado posiciones.Probablemente la intención del rey huno era atacar a los alanos con tal energía que abandonasen el combate.En ese momento, hunos, ostrogodos, gépidos y hérulos cargaron contra el ejército confederado.Los ostrogodos lucharon ferozmente contra los visigodos, aunque las tropas de Teodorico consiguieron rechazarlos una y otra vez, mientras que los hunos causaban muchas bajas a los alanos.Sobre la colina, los soldados romanos resistían sin demasiada dificultad frente a los descoordinados bárbaros que se lanzaban contra ellos.Sin embargo la mayor presión la estaba ejerciendo Atila en el centro del ejército confederado romano, sobre los alanos, cuyas filas comenzaron a romperse.Llegado este momento, Turismundo reorganizó sus filas y ordenó atacar a los hunos.La batalla estaba perdida, y Flavio Aecio asestaría el golpe definitivo en cualquier momento.Si Aecio contraatacaba, cercaría a los supervivientes en su propio campamento y podría aniquilarlos.E incluso se opina que el general romano no tenía intenciones de destruir al ejército huno con vistas a pactar una alianza en caso de que los visigodos se revolvieran contra Roma.
Manuscrito del siglo
XIV
que figura la batalla (Biblioteca Nacional de los
Países Bajos
).