Ofensiva de Aragón

Su objetivo era aprovechar su ventaja local para conquistar el resto de Aragón, al tiempo que sus fuerzas penetraban en Cataluña y Levante.

[3]​ Además de la superioridad del bando sublevado, este se encontraba mejor equipado y en mejor forma que su enemigo, cuyas tropas aún no habían podido recuperarse de las grandes pérdidas humanas y materiales sufridas en Teruel.

[5]​ La Legión Cóndor también se mantenía a la expectativa, habiendo renovado su material y equipo para la nueva campaña.

[11]​ Los marroquíes avanzaron por la margen derecha del Ebro, aplastando toda resistencia organizada de los republicanos.

Las defensas de la localidad, que habían sido diseñadas por un agente del servicio secreto soviético, cayeron fácilmente ante las tropas sublevadas.

El veterano comandante norteamericano Robert Hale Merriman, jefe del Estado Mayor de la XV Brigada, murió en la retirada.[12]​[n.

En Roma el Ministro de Asuntos exteriores italiano, Conde Ciano, se vanagloriaba del éxito y anotó en su diario: «Avanzamos a una gran velocidad».

Por si fuera poco, el sentimiento anticomunista que se estaba apoderando del Ejército Popular Republicano ayudó a propagar la desmoralización, pues en plena batalla los comandantes republicanos del Partido Comunista no cesaban de acusarse entre ellos de todos los fracasos y decisiones equivocadas en el terreno militar, al punto que los líderes comunistas André Marty y Enrique Líster se atacaban mutuamente acusándose entre sí por la culpabilidad en la derrota.

Esta primera ofensiva había penetrado profundamente en la retaguardia republicana, creando un saliente que iba desde Belchite a Caspe, y Alcañiz.

Yagüe ordenó de inmediato atacar la ciudad siguiente, Lérida, pero El Campesino y su 46.ª División lograron detener el avance franquista por una semana, concediendo a los republicanos la ocasión de organizar su retirada y evacuar el valioso equipo militar.

Para agravar la situación, en plena batalla las diferentes facciones políticas en el Ejército Popular se acusaban mutuamente de traición e incompetencia.

[21]​[22]​ Gandesa también fue ocupada el mismo día, tomando prisioneros a unos 140 soldados estadounidenses y británicos de la XV Brigada Internacional.

[23]​ En el norte, el avance franquista continuó y el día 8 de abril los rebeldes conquistaron Balaguer, Camarasa y Tremp, con lo cual las plantas hidroeléctricas que abastecían a Barcelona cayeron en manos de los rebeldes; Las industrias barcelonesas vieron severamente disminuida su producción.

[23]​ No obstante, Líster y su 11.ª División lograron detener a los italianos del Corpo di Truppe Volontarie en la desembocadura del río Ebro, a la altura de Tortosa, impidiendo cualquier tentativa de cruzar el Ebro.[23]​[n.

El 7 de marzo también fue atacada Cartagena, probablemente como represalia por el hundimiento del crucero Baleares (hubo 38 muertos y 40 heridos).

La orden del ataque la recibió el general jefe de la Aviación Legionaria en Baleares, en la noche del 16 de marzo, en la que se le decía Iniziare da stanotte azione violenta su Barcelona con martellamento diluito nel tempo (Iniciar desde esta noche acción violenta sobre Barcelona con un martilleo espaciado en el tiempo).

[28]​ Ante la acelerada derrota del Ejército Popular Republicano, las tropas franquistas habrían podido conquistar fácilmente Barcelona y toda Cataluña, pero Franco tomó una decisión sorprendente para sus propios generales: ordenó avanzar hacia la costa y a continuación atacar Valencia.

Esta decisión fue considerada un error estratégico debido a la lejanía del objetivo elegido, mientras que Barcelona era un objetivo mucho más cercano y vulnerable, pero, según Hugh Thomas, Franco tenía informes de inteligencia según los cuales un avance del Ejército Franquista por Cataluña podría causar una intervención armada de Francia; en consecuencia Franco ordenó que el ataque continuase hacia el mar.

Tampoco quería volverse sobre Madrid, puesto que una debacle rápida en la capital habría dejado a su vez numerosas fuerzas republicanas en Cataluña y el sudeste.

Franco se proponía, como ya había explicado claramente a los italianos, la aniquilación gradual pero absoluta de la República y sus defensores».

[31]​ El día 19 los sublevados ya habían ocupado 32 km de la costa mediterránea casi sin hallar resistencia.

En una amplia campaña, todas las defensas republicanas en el Frente de Aragón habían caído en pocos días.

Esto retardó el avance de los sublevados y la defensa republicana se hizo más firme.

No obstante, sus éxitos en Aragón sí constituyeron una garantía y la Segunda República Española nunca se recuperaría de este golpe.

Tras el asalto republicano en el verano de 1937, el pueblo de Belchite quedó completamente en ruinas y no fue reconstruido. Cuando el Ejército Franquista atacó en 1938, el frente republicano fue roto con total facilidad.
Vista de Caspe desde el Mar de Aragón . El intento republicano de defender Caspe se saldó con un rotundo fracaso.
Reconstrucción del sistema de trincheras en Alcubierre .
Tanquetas y caballería del bando sublevado en un pueblo próximo a Tortosa.