Basílica de Santa María de los Reales Alcázares
En dicha iglesia, la base gótica florida de su construcción se levanta sobre restos arqueológicos neolíticos, íberos, romanos, godos y se enriquece con elementos musulmanes, románicos, góticos, renacentistas, barrocos, neoclásicos, etc, hasta constituir un conjunto que el historiador Juan Pasquau calificara de «…inigualable democracia artística, en la que todos los estilos pugnan por sobresalir y ninguno lo consigue en exclusiva».[2] El templo fue cerrado en 1983 para proceder a su restauración, puesto que la inclinación de sus pilares amenazaba ruina inminente.Tras 28 años de obras, por diversas corrientes restauradoras el templo ha visto modificada su fisonomía original y ha perdido buena cantidad de bienes muebles en su interior que han pasado a otros templos y a varios repositorios museísticos.Este edificio mezcla diferentes estilos —gótico, mudéjar, renacentista, barroco y neogótico— fruto de una construcción que se extiende desde el siglo xiii al xix.Al estar intramuros del Alcázar, estaba sin comunicación con la ciudad hasta principios del siglo xvi, salvo un pequeño postigo que aún se conserva en el claustro y por el que según la tradición hizo su entrada en la mezquita el rey Fernando III el Santo para consagrarla al culto cristiano.El exterior del templo sigue una línea arquitectónica uniforme, aunque se trata de una obra ecléctica y singular.