Su construcción inició en 1752 y finalizó en 1802, mandado a construir con un estilo barroco por el alarife Pedro José Ciprés.
El templo es catalogado como monumento histórico por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para su preservación.
Cuenta con un atrio enrejado al frente, una cúpula sobre el tambor, una capilla anexa y una sacristía detrás del ábside.
Su magnífica fachada al estilo plateresco que parece como un gran retablo cuenta con diversos elementos como escudos, molduras, decoraciones e imágenes de los santos Felipe Neri y Francisco de Asís.
Sus pilastras tienen decoraciones a un tercio de sus fustes, sus pedestales tienen elementos tablerados.