Bartolo, as de los vagos
[1] Bartolo comenzó como una simple tira,[1] pero pasó luego a compartir una página con otra serie de Palop, El abuelo, hasta que finalmente dispuso de una página entera para ella sola.[2] Bartolo es la encarnación de una cualidad, la vagancia, como lo da a entender su propia iconografía:[3] Postura encorvada, manos en los bolsillos, cigarrillo en los labios, ojos entrecerrados y boina.Todas sus historias narran sus intentos por evitar cualquier tarea y poder seguir durmiendo la siesta.[3] A mediados de los sesenta, Bartolo aparece empleado en una oficina, con compañeros como Chivatini.No conoce, sin embargo, la frustración característica de la escuela Bruguera, dado que, como explica Antonio Altarriba, carece de aspiraciones.