Algunos años después, en la aldea gala, Abraracúrcix sufre una enfermedad de hígado provocada por sus excesos en el último banquete.
Astérix, ofendido por la prepotencia que exhibe éste, decide detener su marcha y la de su comitiva a mamporro limpio.
Conocen entonces al mercader de vinos y carbones Alambix, que decide darles posada en su casa, simpatizando con ellos tras ver cómo han derrotado a Bolígrafus.
El espía, llamado en español Magnificus (en francés, Caius Joligibus), es un legionario muy perezoso y físicamente muy parecido a Bartolo, personaje de Palop.
Alarmado, Astérix decide emprender su propia busca del escudo arverno para evitar darle a César ese triunfo...