En Hispanoamérica, Bart ha sido siempre doblado por Marina Huerta, salvo por un lapsus entre la novena y la decimoquinta temporada, donde fue interpretado por Claudia Motta, quien interpretó una canción en el episodio "Krusty the Clown" de la trigésima temporada y retomó al personaje en su totalidad a partir de la trigesimosegunda temporada, mientras que en España Sara Vivas le ha puesto regularmente su voz.
Alguna vez ha gritado «Cowabunga» en señal de que va a realizar alguna acción temeraria o extremadamente divertida.
Marge quedó embarazada de Bart cuando salía con Homer y aún era soltera.
Desde su nacimiento resultó ser un niño muy inquieto y juguetón; su primera travesura la realizó justo después de nacer, quemándole la corbata a Homer con un mechero.
Bart intentó en varias ocasiones librarse de Lisa sin éxito, o hacerla más desagradable a la vista, cosa que acababa con su pertinente castigo, hasta que llegó a plantearse huir de casa.
Pero la primera palabra de Lisa, su nombre, lo retuvo en casa y desde entonces empezó a protegerla.
Durante sus años de escuela, Bart sacaba buenas notas, pero así como avanzaba en primaria sus notas fueron empeorando progresivamente, debido a su falta de atención y su «gen Simpson» (un gen que afectaba a los varones Simpson haciéndoles tontos, inútiles e idiotas; en cambio las mujeres de la familia Simpson eran genios o personas muy reconocidas por su conocimiento y grandes logros para el beneficio de la humanidad, dado que por ser mujeres el gen Simpson no les afectaba salvo a la media hermana de Homer, a la que fue transmitido el gen por el abuelo Simpson).
Bart es un niño al que no le gusta estudiar, pero asiste con regularidad a la escuela.
Prefiere pasar su tiempo libre fuera de casa, desatendiendo sus tareas escolares, socializando con sus amigos, montando en skate y planeando bromas o travesuras con su mejor amigo Milhouse o con chicos mucho mayores que él.
En cualquier caso, también dedica tiempo a sus familiares realizando alguna salida con ellos, escuchando las historias de sus padres o participando en actividades domésticas.
Bart es un niño de diez años[2] travieso, simpático, un poco egoísta y malcriado con una gran energía.
La familia fue concebida de tal manera que cada miembro tendría siluetas y características exclusivas.
[12] Groening concibió a Bart como una versión exagerada del famoso estereotipo de chico travieso y rebelde, fusionando todos los rasgos extremos de personajes como Tom Sawyer y Huckelberry Finn en un solo personaje.
Su desarrollo se ha basado simplemente en ir exagerando su comportamiento y sus gamberradas como manera de buscar nuevas ideas en la misma línea.
Sus travesuras primeramente afectaban a nivel familiar o incluso local, pero su envergadura acabó abarcando todos los Estados Unidos e incluso otras naciones.
[...] Bart puede hacer cosas desagradables, pero parecen tan dóciles, incluso para los estándares de hoy en día».
[24] Cartwright, tradicionalmente, hace cinco o seis lecturas de cada frase para ofrecerle a los productores más material con el que trabajar.
En sardónica respuesta, Matt Groening confirmó que «esto describe perfectamente a Bart.
[34] Las dos últimas expresiones rara vez se han vuelto a oír en la serie desde que se hicieron tan famosas con la comercialización de la serie, y el uso de todas ellas en general han disminuido considerablemente en las últimas temporadas.
[35] Durante las primeras temporadas, Bart era el personaje principal y rebelde que normalmente se solía librar de recibir castigo alguno por sus travesuras, cosa que llevó a padres y conservadores a describirlo como un pobre modelo para los niños.
[36][37] En su tiempo, el presidente vigente George H. W. Bush dijo que «seguiría intentando reforzar el modelo de familia americana, haciendo que se parezca mucho más a los Walton y mucho menos a los Simpson».
And proud of it, man!» («Persona que no rinde...¡y orgulloso de ello, tío!»).
Esta asociación fue parodiada en el episodio Barting Over, donde Bart descubre que cuando era bebé, había participado en un comercial televisivo, e irónicamente el chico exclama que no recuerda haber hecho ningún anuncio mientras se come un Butterfinger (un chiste que, en los países donde no se había comercializado este producto, solo se pudo entender con la llegada de las colecciones de las temporadas de los Simpson en DVD que contenían como extras estos spots publicitarios).