Aunque su estilo se resume tradicionalmente como inglés, en él se mezclan la arquitectura andaluza, neomudéjar y colonial dando como resultado un conjunto ecléctico que además recuerda a las construcciones alemanas, austriacas y holandesas.
[3] Estas ideas urbanísticas se complementaron además con las de Robert Owen, John Ruskin, y Friedrich Engels[4] que propugnaban una ciudad orientada a la naturaleza como reacción contra el maquinismo y la concentración de las ciudades del siglo XIX.
En los primeros años del siglo siguiente este planteamiento aparece en España sobre todo en localidades con importantes vínculos con Gran Bretaña como fueron la Ciudad Jardín de Bilbao[5] o la propia Huelva.
Unas veces el modelo se adoptó para la población burguesa mientras que en otras -como en este caso- para dar respuesta a una clase trabajadora desbordada y que carecía de las más elementales estructuras higienísticas.
[6] La Rio Tinto Company fue una empresa constituida desde 1873 posibilitando el gran potencial minero de la zona.
Además existía un amplio patrimonio edilicio para esta nueva burguesía como la Casa Colón, así como diferentes hoteles y hospitales patrocinados por las compañías.
Esta primera fase concluyó en 1919, con algunas modificaciones del arquitecto británico R. H. Morgan respecto al proyecto inicial.
Morgan diseñó la entrada principal del barrio, que da a la plaza de España.
Este último imprime su sello personal al introducir, entre otros elementos, la doble altura, las buhardillas y las marquesinas con cubiertas de madera lo que permitió que ninguna de las casas fuera igual a otra.
El trazado general sigue respondiendo al de una ciudad-jardín, con un paseo de circunvalación, nueve calles paralelas con las que se cruzan otras dos y diversas plazoletas elípticas y ajardinadas en las intersecciones.