En la posguerra, muchas personas que habían sido bombardeadas, refugiados y expulsados vivían en Nissenhütten (tipo de cobertizo), en barracas prefabricadoas de chapa ondulada.
Las barracas se construyen con materiales simples como madera, hierro corrugado o cartón, con paredes en parte de ladrillo o en parte con yeso cartón.
En su mayoría son de una sola planta y, a menudo están mal aislados y no poseen instalaciones sanitarias.
Coloquialmente, las barracas son también las viviendas improvisadas hechas de cualquier material disponible, que sirven como alojamiento permanente en los asentamientos irregulares, llamados como barrios marginales.
Las barracas también son construidas por la población local, después de los desastres naturales como protección primitiva y básica contra la intemperie.