Su funcionamiento se basa en la capacidad torsional del metal, esto es su capacidad para retorcerse sobre su eje longitudinal almacenando energía mecánica que luego es liberada en forma de giro, recuperando su posición original sin deformación permanente.
La capacidad elástica de la barra dependerá de su longitud, grosor y del material con el que esté hecha.
Estos dos dispositivos no deben confundirse, pues si bien ambos se basan en la capacidad de torsión mecánica del metal, su función es completamente distinta y hasta cierto punto antagónica.
La tensión a la que son sometidos los resortes se almacena en forma de energía energía cinética, que es controlada mediante amortiguadores que la transforman en energía calorífica, evitando su violenta liberación en forma de oscilaciones en la carrocería.
Un tipo especial de barra estabilizadora es el eje de torsión, un tipo de suspensión semiindependiente donde se emplea un eje en forma de "U", "C" o "H", en el que el travesaño central del propio eje actúa como barra estabilizadora.