Se trata del primer gran retrato de grupo ejecutado por Frans Hals.
Pero Frans Hals hizo su gran aportación en este género, transformando la mera acumulación de retratos independientes en una escena coherente, cuya ocasión es un banquete.
[2] Cinco fueron los encargos que recibió Frans Hals para pintar los retratos de las milicias cívicas de Haarlem.
Estas asociaciones datan del siglo XIII, representando el poder ciudadano frente al poder feudal; tuvieron gran trascendencia en las luchas por la independencia de los Países Bajos.
[2] A través de estos retratos mostraban su poderío, así como la bonanza económica que vivía la ciudad.