Ballet de Zaragoza

Miñana montó tanto coreografías ballets clásicos como de creación propia.

Tras este estreno, se sucedieron los montajes vanguardistas, tal fueron Volaverunt y Die Tausend Grüsse, con coreografía de Uwe Scholtz.

Tras la nueva siguación generada, se intenta contratar a un nuevo director, Fernando Bajones, aunque no se consiguió, por lo que dos años más tarde Arantxa Argüelles toma las riendas de la compañía.

Pese a todas las dificultades, ese mismo año de 1995 se puso en escena un estreno que mostraba la escuela bolera, la máxima aportación española a la danza del siglo XVIII.

En 1998 la compañía sufrió graves polémicas que hicieron peligrar su estabilidad, a consecuencia de las cuales su directora, Arancha Argüelles, presentó la dimisión, siendo relevada por Patsy Kuppe-Matt, que apostó porque la compañía contara con un repertorio propio y rechazando los costosos montajes clásicos.