Ante la amenaza de guerra contra el Imperio del Brasil, que había invadido la Banda Oriental, fue necesario fortalecer la mínima escuadra con que contaba la República para enfrentar la poderosa fuerza brasilera.Seguidamente, el General Balcarce lideró un ataque combinado sobre la Goleta Oriental, nave insignia brasilera.El fuego cruzado inutilizó los cañones, dejó la mitad de las carronadas destruidas y provocó 37 bajas, incluyendo entre los heridos al comandante Sena Pereira.Finalmente la nave insignia fue abordada y el Capitán Francisco Seguí aceptó del comandante brasileño su espada en señal de rendición.En 1828 a bordo del Balcarce se cumplió la sentencia contra los amotinados que dieron muerte al comandante de la Goleta Guanaco.