Bálsamo labial

Algunas variedades contienen colorantes, saborizantes, fragancias, fenol, ácido salicílico y protector solar.

El bálsamo labial fue comercializado por primera vez en la década de 1880 por Charles Browne Fleet,[1]​  aunque sus orígenes se remontan al cerumen.

[4]​ Los fabricantes de bálsamos labiales suelen afirmar en sus preguntas frecuentes que no hay nada adictivo en sus productos o que todos los ingredientes están listados y aprobados por la FDA.

[5]​ En 2015, el regulador de consumidores alemán Stiftung Warentest analizó los cosméticos que contienen aceites minerales.

[6]​ La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria considera que el MOHA y los poliaromáticos son posiblemente cancerígenos.

Bálsamos labiales caseros