[1] Cabe aclarar que no necesariamente ayuda a evitar las quemaduras[2] ni ofrecen una protección plena frenta al Sol.
Los protectores solares deben aplicarse entre 30 minutos y 2 horas antes de exponerse al sol.
Las quemaduras solares se producen cuando la cantidad de exposición al sol o a otra fuente de rayos ultravioleta excede la capacidad del pigmento protector del cuerpo, la melanina, para proteger la piel.
[cita requerida] Estudios liderados por el ecotoxicólogo Craig Downs en 2015,[9] revelaron que ciertos ingredientes de las lociones solares, principalmente la oxibenzona, son perjudiciales para la vida marina, especialmente los corales.
Sin embargo, la falta de alternativas claras plantea un desafío, ya que otros filtros solares también pueden ser tóxicos.
La etiqueta "seguro para los arrecifes" se considera, en muchos casos, un reclamo publicitario sin estándares claros.
[10] Las primeras civilizaciones utilizaban diversos productos vegetales para ayudar a proteger la piel del daño solar.
[12] Entre los nómadas Sama-Bajau de Filipinas, Malasia e Indonesia, un tipo de protección solar común era una pasta llamada borak o burak, que se hacía con hierbas acuáticas, arroz y especias.
Lo utilizaban sobre todo las mujeres para protegerse la cara y las zonas de la piel expuestas al duro sol tropical en el mar.
[11] El primer producto comercial importante salió al mercado en 1936, introducido por el fundador de L'Oreal, el químico francés Eugène Schueller.
[14] Se están desarrollando nuevos productos, como los protectores solares basados en nanopartículas bioadhesivas.
Esta estrategia inhibe el daño primario inducido por los rayos UV, así como los radicales libres secundarios.