Para llevarla a cabo, se creó el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo.
Conocido como TOP, fue una instancia judicial especial existente en la fase final del franquismo y en los primeros años de la transición.
Su misión fue la represión de las conductas consideradas delitos políticos y garantizar la estabilidad del régimen franquista.
Esto ha llevado a algunos autores a considerar a la Audiencia Nacional como sucesora del TOP, «para juzgar delitos de terrorismo y otros de ámbito estatal»,[4] hecho que ha sido negado por otros autores usando dos argumentos fundamentalmente: la Audiencia Nacional es independiente del ejecutivo, y sus competencias, en parte relacionadas con delitos de terrorismo, en nada afectan a lo relacionado con el ejercicio de derechos fundamentales.
Entre paréntesis, los artículos de la Ley Orgánica del Poder Judicial que los regula.
[19] En cuanto a su organización, la Fiscalía distribuye el trabajo entre diferentes servicios y coordinaciones.
Dentro de los Fiscales que están o han estado relacionados con la Audiencia Nacional, puede citarse a: