Las estructuras semihumanas se caracterizan por su gran tamaño (una muestra de la destreza que tenían los toltecas para labrar piedras).
Se identifica un yelmo del cual sobresalen plumas, bajo este hay unos hexágonos que posiblemente eran elementos de concha.
A la altura del rostro destacan unas orejeras de forma tubular, las cuales son peculiarmente alargadas.
En la parte frontal lleva un pectoral de mariposa, símbolo del guerrero desde épocas Teotihuacanas, que aunque ha adquirido transformaciones con el tiempo, se dice que cuando un guerrero muere en batalla, se convierte en mariposa y acompaña al sol al amanecer.
La estructura culmina con unas rodilleras, y con unos cacles o sandalias, con representaciones de serpientes emplumadas en los costados.