La atalaya fue construida a principios del siglo X (año 937) durante el califato de Abd-al-Ranhmán III como reconstrucción de los instrumentos de defensa localizados en la frontera Central o Marca Media con centro en Toledo.
Las atalayas combinaban su fuerza con la de castillos, plazas y torres para salvaguardar el territorio y mantener la comunicación con el corazón del reino o el condado.
[1] Aparecen colocadas en lugares elevados desde los que se podía ver una gran cantidad de terreno.
Hacia el norte se perfilan las montañas de Gredos.
Junto a ella se encuentra un vértice geodésico.