El término «autoasfixia erótica» fue acuñado en 1991 en un estudio en una revista científica estadounidense.
El control de las situaciones que afectan a la respiración se puede evaluar, usando algún tipo de señal convenida para avisar a la otra persona del peligro.
Esta práctica se realiza casi siempre junto a otras actividades fetichistas.
La práctica de la autoasfixia erótica se ha documentado desde principios del 1600.
Parece ser que estas prácticas la empleaban en los prostíbulos de Extremo Oriente para aumentar la sensación del orgasmo.