Arturo del Hoyo

Empezó a frecuentar el Ateneo de Madrid, donde escuchó a Ramón María del Valle-Inclán, Miguel de Unamuno o André Malraux.

Publicó cuatro artículos en El Sol (1937) que, republicados sin su permiso en Mundo Obrero, le causarían algunos problemas después de la Guerra Civil.

A su conclusión fue condenado a seis meses de trabajos forzados, pero entonces un denunciante se acordó de los artículos y poco faltó para que fuera condenado a muerte; sin embargo, un amigo suyo logró que se retirara la denuncia.

También fue por esa época uno de los primeros redactores de la revista Ínsula, en la que publicó varios cuentos, su género preferido, del que publicó varias colecciones, la primera de 1965, Primera caza y otros cuentos, y la última Cuentos del tiempo ido (2004).

Como lexicógrafo compuso un útil Diccionario de palabras y frases extranjeras (1988).