El arte urbano en Barcelona se ha desarrollado de forma más o menos continuada en la ciudad desde prácticamente su fundación, ya que la expresividad artística es una cualidad inherente al ser humano.
Sea en forma más o menos elaborada, con más o menos artisticidad, y con multitud de técnicas y procedimientos para su elaboración, la plasmación del arte en la calle se ha realizado desde antaño generalmente de forma anónima y con múltiples vías de expresión, ya sea una simple pintada o inscripción, hasta la elaboración de complejos murales situados en las vías públicas.
[3] Desde los años 1960 las pintadas en espacios públicos aumentaron gracias especialmente a la publicidad, ya que a menudo eran reclamos para la venta de productos; un ejemplo de la época es «Beber es preciso: agua San Narciso».
[3] Es un arte que asume su naturaleza efímera y, aunque a menudo se ha asociado al vandalismo, el Ayuntamiento de Barcelona ha buscado fórmulas para su inclusión de forma controlada en el paisaje urbano, por lo que hoy en día es una manifestación más del arte público de la ciudad.
[5] Otra iniciativa ha sido el festival Ús Barcelona, celebrado en 2014 y 2015, donde se ha dado a conocer la obra de diversos artistas internacionales.