Los primeros monumentos tallados en roca datan de los siglos VII al X.
El aislamiento frente al resto del mundo cristiano produjo una especificidad visible entre los siglos XII y XV, cuando se desarrolló el genuino estilo etíope.
La primera escuela pictórica original apareció hacia el 1400, en la ilustración de manuscritos, principalmente.
Está ausente en ellas la escultura antropomorfa, y sólo en contadas ocasiones se representa la figura de Cristo.
Los distintos artesanados se han desarrollado en función de áreas culturales, definidas en relación con los sistemas agrarios.
[2] El arte corporal tuvo un gran desarrollo desde el siglo XVII, cuando los cristianos etíopes comenzaron a dar una gran importancia al peinado; actualmente las mujeres de Tigré llevan un peinado distintivo.
En el sur, los nyangatom realizan sus peinados con arcilla, y los oromos componen elaboradas pelucas, las más famosas en la región de Jimma.
Los tatuajes son relativamente discretos en las poblaciones cristianas rurales, donde las mujeres se suelen hacer tatuar una cruz en la frente.