La arquidiócesis tiene como sufragáneas a las diócesis de: Acqui, Alba, Aosta, Asti, Cúneo-Fossano, Ivrea, Mondovì, Pinerolo, Saluzzo y Susa.
No abundan los elementos históricamente documentados sobre los orígenes del cristianismo en Turín.
Probablemente se pueda reconocer a los santos Avventor, Octavio y Solutor (que vivieron en el siglo III) como los protomártires de Turín o al menos a aquellos cuyos nombres se conocen, ya venerados en tiempos de san Máximo.
Las comunidades cristianas del actual noroeste de Italia se organizaban en Iglesias (es decir, diócesis), encabezadas por un obispo, principalmente en la era constantiniana.
Se recuerda a otro obispo llamado Máximo, el primero históricamente documentado, que participó en dos sínodos, en Milán en 451 y en Roma en 465.
En 1411 los derechos de los canónigos ya estaban extintos y Juan XXII eligió a Aimone da Romagnano, sin permitir al capítulo presentar una propuesta.
Una vez que llegó el obispo, la hostia permaneció suspendida hasta descansar sobre un cáliz.