Entre 1915 y 1924 fue rector del Sacro Monte di Varallo.
Durante la Segunda Guerra Mundial, ayudó activamente a los judíos del Holocausto, haciéndolos esconderse en los monasterios de la ciudad, y ayudando a la organización DELASEM, con la colaboración de Francesco Repetto.
[4] En la posguerra fue concibió la experiencia de los capellanes del trabajo (con don Esterino Bosco, don Ugo Saroglia, don Giovanni Pignata y don Piero Giacobbo), para iniciar la presencia de la iglesia al lado de la clase obra, de la cual después nacerán al año siguiente los sacerdotes obreros.
[5] En 1954 fue elegido presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, cargo que ocupó hasta 1958.
Le fue dedicada una calle en Sassari y otra en Turín.