La llegada brusca de una estructura al fondo del mar cambiará las corrientes marinas en su inmediación, a menudo dando lugar a nuevos patrones de circulación y deposición en el fondo marino.
Una vez sumergido, los procesos químicos y la acción de los organismos biológicos contribuirán a su desintegración.
Los humanos puede que intervengan en cualquier punto de estos procesos, como por ejemplo extrayendo o recuperando elementos valiosos del naufragio.
Los restos materiales proveen pistas sobre la capacidad marinera, navegación y propulsión como también de la vida a bordo.
Los naufragios que han estado sumergidos durante cien años o más son protegidos por la Convención de la UNESCO sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático tal y como establece el artículo 1 de dicha Convención.