Con frecuencia el ser humano favorece e incrementa este proceso como consecuencia de actividades como el cultivo y el pastoreo excesivos o la deforestación.
El aumento de la población obliga a una explotación intensiva del terreno hasta que se produzca su agotamiento.
Podrían necesitarse décadas o siglos para que el paisaje volviera a cubrirse de verde.
En 1996 entró en vigor la Convención de las Naciones Unidas para la Lucha contra la Desertificación constituyendo el primer y único marco legalmente vinculante a escala internacional que ha sido creado para hacer frente al problema de la desertificación.
[11] A lo largo de los años se han estudiado diversos métodos para recuperar terrenos desertizados, muchas veces con éxito.
Este método ha creado cierta expectativa en el mundo científico, y va a ser probado por primera vez en Israel en el desierto del Néguev, a 150 km de la costa, una vez se disponga del material necesario para evitar la contaminación, y sea lo suficientemente barato para que su aplicación sea rentable.